Ponencia La poética del Actor o el arte de la falsación?.

Esta breve ponencia fue leída por primera vez en el Encuentro Internacional de la Dramaturgia del Actor, realizado en Casa de las Américas, La Habana, Cuba, 23 de Junio del año 1997 y a nuestro parecer constituye una especie de manifiesto, por lo que nos parece importante incluirla en nuestro trabajo de investigación.

LA POÉTICA DEL ACTOR O EL ARTE DE LA FALSACIÓN?
(Tito García Jorquera)



Quien escribe ha estado en una constante experimentación y búsqueda de formas para abordar los contenidos que van entrelazándose en la historia cotidiana que a cada uno nos toca construir; en ese sentido mi intención, en estos 10 años de trabajo consecutivo, se orienta a la concreción de propuestas teatrales desde la célula más elemental del arte dramático: actriz/actor.

En cada una de estas experiencias ha primado una estrucura no jerárquica de los siguientes elementos:

۰ Considerar que el ″hecho escénico″ no es literario, y que dicha disciplina tampoco le pertenece al arte teatral en términos de orígenes.

۰ No depender de una infraestructura material para la realización del ″hecho escénico″.

۰ Ir generando nuevos puentes de comunicación con el público, no mediatizarlo.

a.Transformarlo en tal sin que éste se lo haya propuesto (intervención)

b.Utilizar métodos de difusión distintos de los que exige-impone el sistema mediático, y en ese sentido retomar una actitud crítica y propositiva frente al fenómeno de ″distribución″ del quehacer y de los bienes artísticos.

۰ Iniciar la búsqueda/experimentación desde los temas/contenidos, utilizando un pretexto, que se aleje totalmente de una literatura ″teatral″.

۰ Retornar a la poesía y brindarle a la considerada ″hermana chica″ del arte escritural, el espacio fundacional que le corresponde a su naturaleza poblada de imágenes y sentimientos.

۰ Y considerar como vital la recuperación del valor creativo que deben tener actrices/actores: no estar al servicio de un texto que surge fuera de las propias leyes de la puesta en escena.



Me postulo absolutamente contra la idea de aceptar el origen de lo ″teatral″ en los griegos (una cultura esclavista e imperialista) y preferiré redefinir lo ″teatral″ (lugar para ver, en griego) como el hecho escénico, el suceso que busca el diálogo con lo que no se vé y éste ocupa un lugar primordial en la constitución de toda la historia de nuestra humanidad. Por ello devolverle su capacidad de magia y rito, que recupere su trascendencia: un acto que no provoque un antes de y un después de en el espectador/a no sirve.

Revisemos nuestra cultura originaria, abordarla humildemente desde nuestra actual transculturización y mestizaje.

No quiero ser chileno, prefiero ser mestizo que tildado con una ″nacionalidad″ de fronteras, responsable de la casi desaparición de la cultura originaria de ésta geografía.

Y no hablo por los autóctonos, tampoco de purismo desde los orígenes, simplemente digo con humildad que se respete el rito anterior a la CONQUISTADESCUARTIZACIÓN.

Actriz, actor, vuelvan a creer en vuestra potencia mística, si la llamada ″dramaturgia″ del actor desaparece a manos de la oferta y la demanda, el arte dramático continuará una loca carrera que lo aleja con pasos de gigante, de su naturaleza orgánica y milenaria.

No es que no crea en el oficio de autor literario-teatral, sin embargo quién dice que Shakespeare tendrá algo más importante que decir que el propio creador consciente de su capacidad y de su momento histórico.

Por qué darle al ″acto″ la responsabilidad de la enseñanza, de lo didáctico, cuando en realidad el ″hecho escénico″ desde sus más remotos inicios (no sólo occidentales) ha estado en una búsqueda del diálogo con lo oculto, con esas leyes misteriosas que nos hacen participar de un momento ″distinto de la vida corriente″ ?

Es la necesidad de magia que habita en cada uno de nosotros.

Basta ya de pragmatismo, que aparte de un par de avances en el área de la ciencia, ha generado un siglo de ″modernidad″ en el que se han producido los mayores genocidios de la historia y nos tiene superpoblados, superpobres (es abominablemente grotesco que hoy en pleno siglo XXI, según el inexacto calendario gregoriano, mueran de hambre, cientos de miles de personas, principalmente infancia, cada año, según la tan ″respetable″ OMS) y supercarentes de humanidad.

Quiero el arte escénico al servicio de ése inexplicable misterio de esta vida, no lo quiero explicativo, ni dramatúrgico ni dirigido.

Necesito a la creadora, al creador, desnudos y que sean capaz de mostrar el alma de su arte, la estética de la espiritualidad santa de la creación.

...

Cuando decidí la orientación de búsqueda de mi quehacer estético era de noche, una función al aire libre, en una población muy pobre de la ciudad de Valdivia, frente a un público puro (sin experiencias anteriores como tal) y de muchos niños.

Nuestro performance experimental, ritual, analógico, poético, provocó una reacción inesperada y mágica: el público aplaudía y gritaba: ¡¡¡otra, otra!!!.

Era una pieza improvisada sobre la base de una serie de objetos que servían cómo proceso ritual. Duró cerca de 25 minutos.
El escenario lo constituía una carreta con una antorcha.

Luego de agradecer emocionados el afecto espontáneo de ése público olvidado por los circuitos oficiales de ″itinerancia teatral″, perdido al sur de Chile, las niñas y los niños nos tocaban y corrían gritando qué éramos de verdad.

Muchas gracias.

(Nota: todas las referencias a fechas corresponden al análisis de aquel momento, sin embargo no creo que las cosas hayan modificado su estructura de modo sustantivo.)